A sus 80 años, el legendario actor Michael Douglas reveló en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary(República Checa, 5 de julio de 2025) que, tras una carrera de casi 60 años, no tiene “intenciones reales” de retomar su faceta como actor. Aunque no se declara formalmente retirado, su enfoque actual está en proyectos especiales, la producción cinematográfica y, sobre todo, en su vida personal .
Una pausa consciente y necesaria
Douglas explicó que desde 2022 decidió “no trabajar deliberadamente”, consciente del desgaste acumulado: “No quería ser una de esas personas que colapsan en el set” . Su última interpretación fue la de Benjamin Franklin en la miniserie Franklin de Apple TV+ (filmada en 2022, estrenada en 2024) .
Reconoció que, tras casi 60 años de constancia en cine y televisión, esta pausa es una manera de cuidar su salud física y emocional. Además, enfatizó que solo aceptaría nuevos roles si “apareciera algo especial” .
La salud primero: vencer al cáncer y evitar riesgos
Douglas también recordó su lucha contra un cáncer de garganta en estadio 4, detectado en 2010. Optó por quimioterapia y radioterapia en lugar de una cirugía radical que le habría impedido hablar correctamente —“y eso me habría limitado como actor” .
Esta experiencia reforzó su determinación de no “morir trabajando” y de priorizar su integridad y bienestar.
Vida personal, producción y equilibrio
Actualmente, Douglas disfruta de su faceta de productor con su compañía Further Films. Confirmó que está co-desarrollando “una pequeña película independiente” para la cual aún buscan un buen guion .
Más allá del cine, exhibe orgullo por su matrimonio con Catherine Zeta‑Jones (casados desde 2000), reconociendo que prefiere “verla trabajar” y “hacer de marido” durante esta etapa .

Mensajes sobre democracia y política
En Karlovy Vary, Douglas no dudó en comentar sobre el presente político de EE. UU., advirtiendo que el país “coquetea con la autocracia” y criticó que, hoy en día, “la política es un negocio”, en detrimento del idealismo cívico .
Su reflexión reivindica la democracia como una conquista frágil que requiere protección constante.
Este momento marca un punto de inflexión elegante y reflexivo en la trayectoria de Douglas: no un retiro abrupto, sino una declinación deliberada hacia una vida más equilibrada, sin cerrar la puerta del todo… pero dejando claro que, por ahora, no hay planes concretos para volver a actuar.