Una medida que podría cambiar el sabor del refresco más famoso del mundo y sacudir la industria agrícola de Estados Unidos.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, aseguró este miércoles que convenció a la empresa Coca-Cola de sustituir el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña en sus productos para el mercado estadounidense. Según el mandatario, esta decisión se logró tras conversaciones directas con la compañía.
“He estado hablando con Coca-Cola sobre usar verdadera azúcar de caña en Estados Unidos y aceptaron hacerlo”, declaró Trump en medios de comunicación. “Esta será una muy buena acción de ellos. ¡Simplemente es mejor! Ya lo verán”.
Aunque la compañía agradeció públicamente el interés presidencial, no ha confirmado aún si realizará el cambio en la fórmula ni cuándo podría implementarse. En su sitio oficial, Coca-Cola explica que la receta varía dependiendo del país:
“Dependiendo de en qué parte del mundo te encuentres, utilizamos azúcar y/o jarabe de maíz con alto contenido de fructosa/jarabe de almidón con alto contenido de fructosa para endulzar Coca-Cola y darle ese sabor único que las personas llevan disfrutando desde hace 130 años”.
¿Qué cambiaría con esta decisión?
En México, Coca-Cola utiliza principalmente azúcar de caña para endulzar sus bebidas, pero en Estados Unidos predomina el uso del jarabe de maíz, un ingrediente más barato pero altamente cuestionado por sus efectos en la salud. De confirmarse el cambio, el impacto sería enorme tanto para la industria alimentaria como para los productores agrícolas.
Los agricultores del Medio Oeste —región clave en la producción de maíz— podrían verse afectados, mientras que el estado de Florida, tierra natal del presidente y principal productor de caña de azúcar en EE. UU., resultaría favorecido.

¿Por qué ahora?
Este anuncio se alinea con los objetivos de la iniciativa Make America Healthy Again (MAHA), promovida por la administración Trump y respaldada por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. Esta estrategia busca reformular productos alimenticios eliminando colorantes artificiales y reduciendo ingredientes procesados.
Kennedy ha sido crítico del consumo excesivo de azúcar en la dieta estadounidense y adelantó que las nuevas directrices alimentarias —que se publicarán este verano— aconsejarán a la población enfocarse en “alimentos integrales”.
Aunque aún no hay un comunicado oficial de Coca-Cola que confirme la medida, el tema ya genera reacciones entre consumidores, analistas del sector agroindustrial y expertos en salud pública.